NIÑOS Y ADOLESCENTES
Las conductas agresivas, de oposición, desobedientes o desafiantes se encuentran a menudo en la población infanto-juvenil como parte de un desarrollo evolutivo "normal". Pero establecer los límites de donde se debe acudir al profesional de la salud es difícil de concretar. Las pistas nos las tiene que dar la frecuencia, magnitud y perseverancia en el tiempo de la conducta en cuestión en función de la edad del niño.
Los Trastornos del comportamiento son extremadamente comunes en la infancia. Del 2 al 7%, de los niños en edad escolar cumple los criterios diagnósticos de T.D.A.H.(Trastorno Déficit Atencional con Hiperactividad), o bien un trastorno de conducta.
Existen evidencias que los trastornos de conducta severos que presentan los preescolares sitúan a estos niños en un alto riesgo de presentar trastornos de conducta en edad escolar, adolescencia y edad adulta. Lo cual indica la importancia de una detección e intervención precoz.
Para la mayoría de los trastornos emocionales y mentales, existen tratamientos que si no lo resuelven por completo, sí que mejoran el problema.
Si sigues nuestras pautas, te garantizamos que obtendrás resultados.
Principales trastornos de conducta en niños y adolescentes son:
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Problemas de conducta
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Trastorno disocial
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Negativista desafiante
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Depresión infantil
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Ansiedad infantil, estrés
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Trastorno bipolar
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Trastornos de la eliminación: enuresis y encopresis
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Adicciones, TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), Redes Sociales
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TDAH
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Fobias
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Trastornos de la Alimentación
EDUCATIVA NIÑOS Y ADOLESCENTES
TRASTORNOS GENERALES DEL DESAROLLO
Los Trastornos del Aprendizaje escolar constituyen un conjunto de problemas que interfieren significativamente en el rendimiento en la escuela, dificultando el adecuado progreso del niño y la consecución de las metas marcadas en los distintos planes educativos.
Los más habituales son los que hacen referencia a la adquisición de la lectura (dislexia), a la escritura o al cálculo, no obstante hay otros muchos que se pueden manifestar conjuntamente con alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso central. Pero estos trastornos NO son el resultado de un retraso mental asociado, de una privación sensorial o de un trastorno emocional grave. Por el contrario, estos trastornos surgen de alteraciones de los procesos cognoscitivos y lo que los caracteriza es que el déficit se plantea en un área muy concreta
Los niños con estos trastornos suelen mejorar con la intervención psicológica y psicopedagógica no presentando, en la mayoría de los casos, más problemas en la vida adulta. Sin embargo, si las dificultades de aprendizaje no son precozmente tratadas pueden producir, a parte del retraso educativo, un conjunto de situaciones “secundarias” indeseables para el proceso de enseñanza-aprendizaje: los repetidos fracasos suelen llevar a la desmotivación, aversión por la escuela conjuntamente con respuestas emocionales inadecuadas.
Los Trastornos del Aprendizaje más frecuentes son:
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Bullying o Acoso escolar
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Trastorno de la Lectura (Dislexia)
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Trastorno de la Escritura (Disgrafía)
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Trastorno del Cálculo(Discalculia)
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Problemas de Conducta
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Detección de Problemas del Desarrollo
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La Timidez: El niño tímido
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Fracaso Escolar
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Lo que en Psicología llamamos Trastornos Generales del Desarrollo, se trata de un conjunto de trastornos caracterizados por retrasos y alteraciones en el desarrollo de las áreas sociales, cognitivas y de comunicación, así como un repertorio repetitivo, estereotipado y restrictivo de conductas, intereses y actividades.
En la mayoría de los casos, el desarrollo es atípico o anormal, desde las primeras edades siendo su evolución de tipo crónico. En contadas ocasiones las anomalías se presentan después de los cinco años de edad.
La sintomatología de este trastorno presenta gran variabilidad. A pesar de que podamos describir unos síntomas comunes que suelen darse en el conjunto de los afectados, raramente un niño los presentará todos en el mismo grado o intensidad. En algunos niños dichos síntomas pueden presentarse de forma leve, pero en otros pueden adoptar una forma mucho más severa afectando a todas las áreas de su vida.
Algunos de los Trastornos Generales del Desarrollo (T.G.D.) son:
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Trastornos del Espectro Autista
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Síndrome de Asperger
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Trastorno Desintegrativo (Síndrome de Heller)
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Síndrome de Rett
A continuación exponemos las diferentes áreas en las que presentan déficits significativos los niños con T.G.D.:
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Conciencia y orientación
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Atención y memoria
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Capacidad intelectual
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Afectividad y comportamiento social
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Lenguaje y pensamiento
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Sensopercepción
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Psicomotricidad
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Trastorno impulsos.
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Conducta anómala (Resistencia al cambio, Comportamiento ritualista, Obsesiones y miedos, etc)
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DUELO INFANTIL
La muerte de un ser querido no repara en edades o clases sociales. Por eso, muchos niños sufren la pérdida de sus abuelos, tíos u otros familiares cercanos, inclusive amigos.
Obviamente, los pequeños, al igual que los adultos, tienen diferentes maneras de expresar las emociones derivadas de una pérdida. Pueden expresar la tristeza llorando, manifestar la rabia a través de comportamientos inadecuados como peleas o malas respuestas e incluso pueden somatizar las emociones presentando dolores físicos. Tampoco es inusual que se produzca un retroceso en los aprendizajes adquiridos, como el hecho de que el niño se vuelva a orinar en la cama.
Junto al dolor, los pequeños también pueden expresar otras emociones como el miedo a que ellos mismos u otras personas queridas puedan fallecer o enfermar. De la misma forma, pueden experimentar sentimientos de culpa por los comportamientos inadecuados o escasas muestras de afecto que tuvieron con la persona antes de fallecer. En este sentido, es importante detectar los síntomas de la culpa y hablar con ellos para hacerles ver que se trataba de un hecho ajeno a su voluntad
En lo que respecta al duelo infantil, se deberá consultar a un profesional si el niño manifiesta algunos de estos síntomas:
- Tristeza profunda que limita su interés hacia las actividades diarias
- Dificultades para dormir, comer o miedo a estar solo
- Regresión a comportamientos propios de un niño más pequeño
- Imitación de la persona fallecida
- Deseos de irse con la persona fallecida
- Pérdida del interés en los amigos o el juego
- Negación a asistir a la escuela y problemas en el desempeño escolar